1.5. ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO HÍDRICO: HIDRATACIÓN Y DESHIDRATACIÓN
EQUILIBRIO HÍDRICO CORPORAL
A pesar de las continuas pérdidas de agua y de las grandes variaciones en la ingesta de agua y sal, el cuerpo humano tiene generalmente la capacidad para mantener una constancia precisa del contenido de agua: se calcula que el agua corporal total varía menos de un 1% en 24 horas. Esto es de vital importancia para el mantenimiento de una composición constante del líquido extracelular, necesario para que las células funcionen correctamente. El agua corporal es controlada, por una parte por la ingesta de líquidos estimulada por la sed, y por otra parte por la excreción renal del agua.
A pesar de estar rigurosamente regulado, el equilibrio hídrico corporal puede plantear problemas que den lugar a un estado temporal de hipo hidratación o hiperhidratación.
La deshidratación es el proceso de pérdida de agua corporal, mientras que la hipo hidratación se refiere a un estado equilibrado de déficit de agua corporal, y es por lo tanto el resultado de la deshidratación (EFSA, 2010). Según la pérdida relativa de agua y solutos desde los líquidos extracelulares, la deshidratación puede ser hipertónica (la pérdida de agua concentra agua extracelular), hipotónica (la pérdida de sodio diluye el agua extracelular) o isotónica (pérdidas de agua y sodio sin cambio de concentración).
Las causas posibles de estos distintos tipos de deshidratación se resumen:
DESHIDRATACIÓN ISOTÓNICA: Pérdida de líquidos gastrointestinales, vómitos o diarrea, Ingesta inadecuada de líquidos y sal.
DESHIDRATACIÓN HIPERTÓNICA: Sudoración sin reposición de líquidos, Diuresis osmótica (ej. Diabetes mellitus), Medicamentos diuréticos, Ingesta inadecuada de agua.
DESHIDRATACIÓN HIPOTÓNICA: Sudor con alto contenido en sodio (ej.. Fibrosis quística), Pérdida de líquidos gastrointestinales.
Si se superan esos valores, se produce una excesiva dilución del sodio en la sangre (hiponatremia) y se incrementa la producción de la hormona antidiurética. En casos extremos, con niveles de sodio inferiores a 100 mmol/L, se pueden producir edemas cerebrales irreversibles, comas, o incluso morir por sobrepresión del cerebro al bulbo raquídeo, ya que el cerebro y sus anexos son los que más se ven afectados. En ocasiones, la hiperhidratación está relacionada con el uso de drogas, en particular con el éxtasis.

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